Para celebrar que se acaba el año, cada país tiene sus costumbres, como las lentejas de Italia, los besos de Nueva York o los platos rojos de Dinamarca. En España conmemoramos el año y nos enfrentamos a uno nuevo comiendo 12 uvas con las 12 campanadas.
La tradición nos manda tomar 12 uvas al son de las 12 campanadas, sin liarnos con los cuartos. Esta práctica nos puede traer problemas a la hora de tragar y masticar, además de generarnos estrés por lo rápido que hay que hacerlo y por no quedar en ridículo delante de amigos y familiares. Pero acabaremos el año sin acidez, ya que el tipo de uvas que consumimos en Nochevieja son las menos ácidas de la familia: las uvas de mesa. Las uvas de mesa son aquellas destinadas al consumo en fresco. Las diferentes variedades de uva de mesa son: blancas, rojas y rosadas, cardinales y negras.
Otro tópico de la última noche del año, o más bien de la primera mañana, es desayunar churros con chocolate. Aunque no haya nada mejor que empezar el año así, recuerda que puede provocarte acidez bien temprano. Los fritos, debido a su alto contenido en grasas y mayor dificultad para ser digeridos, aumentan las probabilidades de sufrir acidez.
Pero, no sólo los churros pueden hacer que suframos de acidez; el chocolate también es un alimento muy graso, por lo que su digestión es pesada y estimula la generación de ácidos. Además, contiene cafeína que puede dañar la barrera gástrica.
En definitiva, si sufres de acidez habitualmente, evita desayunar churros con chocolate, ya que pueden hacer que el primer día del año lo empieces con acidez gástrica.
Otro elemento clave que puede hacer que sufras acidez estas fiestas es el alcohol. En varias ocasiones hemos hablado de los efectos de las bebidas alcohólicas sobre nuestro aparato digestivo, que aumentan los niveles de ácido del estómago y además nos deshidratan, así que una vez más recomendamos un consumo moderado.
Recuerda estos consejos si quieres acabar y empezar el nuevo año sin acidez. ¿Qué propones tú como alternativa? 🙂
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